Y esto explica lo que está ocurriendo en España en la polémica política sobre las
responsabilidades en la expansión del virus. Se construyó un discurso que atribuye al
gobierno de izquierda y a movilizaciones de tipo progresista, como el 8-M,
responsabilidad en la problemática de la epidemia. Partidos de izquierda y movimientos
progresistas como el feminista y el sindical son los objetivos a batir. Se atribuyen al
gobierno de coalición de izquierda todos los fallos y problemas que tuvieron lugar
durante la epidemia, pero atribuyendo los éxitos, que también hubo, a los gobiernos
autonómicos gestionados por los partidos de la derecha que están en sintonía con el
espíritu del liberalismo y capitalismo. Este discurso es impartido a la población
española por medio de una intensa campaña en la que abundan bulos, calumnias,
acusaciones infundadas, suposiciones engañosas, declaraciones insidiosas… cuya
finalidad es minar la credibilidad de los partidos y organizaciones de izquierda y del
gobierno, al que se pretende deslegitimar. La movilización de las caceroladas y las
manifestaciones automovilísticas de los señoritos del Barrio de Salamanca pretenden
dar la impresión de que la oposición domina la calle; es un intento de imitación de la
Marcha de Mussolini sobre Roma.
Para que esa campaña antiprogresista tenga éxito es preciso que la secunde una gran
cantidad de personas. La estrategia de los movimientos fascistas se orienta a la
captación del sector más desinformado de la población. Los partidos de la derecha, cuya
finalidad es la defensa de los intereses de los poderosos, no tendrían éxito si no
obtuviesen votos de los explotados, de los desheredados del sistema. Para conseguir que
una parte importante de la población vote en contra de sus intereses de clase es
necesario fomentar la ignorancia, lograr que los esclavos tengan alma de esclavos. Esto
se consigue con el control de los medios de formación e información. Se encuentran
muchas personas que aseguran que les asquea la política y los políticos. La existencia de
esa manera de pensar es un logro de la política educativa e informativa de quienes
controlan el aparato ideológico del sistema. Ese tipo de personas que aseguran que no
entienden de política, que no son ni de derechas ni de izquierdas, son presa fácil de la
propaganda fascista; es personal que se aviene a que le desposean de sus derechos de
ciudadanos, como ocurría con los ilotas de la antigua Esparta. Gracias a esa actitud ilota
de una gran parte de la población fueron posibles los éxitos de Mussolini y Hitler, y que
en España tuviésemos una dictadura de cuarenta años de duración.
La finalidad de este escrito es precisamente alertar contra esa actitud. La gente que en el
momento de elegir optó por Barrabás en contra de Jesús de Nazaret era una masa
desinformada, que votaba en contra de sus derechos e intereses; los dominadores de
aquel sistema, la casta sacerdotal del templo de Jerusalén, habían colonizado la mente
de aquel personal. La estrategia fascista ya se practicaba hace dos mil años, no fue un
invento de Mussolini. Hoy estamos asistiendo a su enésimo intento de embaucación de
la población desinformada. Que este escrito sea una advertencia contra esa estrategia;
saquemos las enseñanzas pertinentes de la historia y de la crisis que estamos sufriendo.
Foro de Cristianos GASPAR GARCÍA LAVIANA